Buscando cuidadores para persona mayor. La entrevista.

En esta entrada te damos algunas ideas para abordar la entrevista personal cuando se trata de seleccionar a un cuidador o cuidadora

En el artículo anterior hemos visto algunos trucos para realizar la búsqueda inicial de cuidadores de personas mayores a domicilio. Si lo hicimos bien, ya tendremos una lista con una selección de cuidadores que habremos obtenido mediante referencias de conocidos, anuncios, los Servicios Sociales o una agencia. Ahora es el momento de concertar una entrevista personal, para comprobar si las personas con las que hemos contactado de verdad se adaptan a lo que necesitas.

Una regla de oro es que si el candidato o la candidata no son los adecuados la mejor entrevista es la que no sucede. Esto es porque, si no tenemos cuidado, el proceso de entrevistar a las diferentes personas con las que hayamos contactado puede llegar a convertirse en una tarea demasiado larga y cansada. Habrá que concertar una cita con cada persona, así que es mejor organizar las cosas para que, en lo posible, vayamos casi sobre seguro antes de concertar la entrevista.

Para conseguir esto es importante que la entrevista personal vaya precedida de una entrevista telefónica. La forma de hablar de la persona ya nos dará una primera impresión sobre su manera de ser; pero también, deberemos hacer las preguntas adecuadas para descartar a la persona rápidamente si no cumple con los requisitos básicos.

Nuestra recomendación es que primero hables con el mayor número de personas posible por teléfono para obtener una impresión general. Además, al ir haciendo llamadas ganarás experiencia, y aprenderás a ir directamente al grano sobre los aspectos clave. Una vez que hayas entrevistado a un número suficiente de personas elige a las que consideres más adecuadas e intenta concertar una entrevista personal.

TRUCO: Si hemos contactado con muchas personas el proceso de entrevistarlas por teléfono también podría llevar mucho tiempo, por lo que debemos intentar que las conversaciones sean lo más cortas posible, cortando la comunicación (de forma educada) si vemos enseguida que no se cumplen los criterios que buscamos. Para ello, antes de hacer las llamadas, es conveniente que tengamos preparada una lista con las preguntas clave a realizar. Por ejemplo:

  • Preguntar si la persona tiene los papeles en regla para trabajar.
  • Si está disponible para que la demos de alta en la Seguridad Social (comprobarás que hay personas que prefieren no darse de alta por diversos motivos).
  • Verificar si vive cerca o si tiene medios para llegar a tu domicilio fácilmente (líneas de transporte público o vehículo propio).
  • Preguntar si tiene experiencia previa con el trabajo que vaya a realizar (por ejemplo, si tu familiar tiene dificultades de movilidad sería deseable que la persona tenga ya experiencia movilizando personas).
  • Si la persona fuma o no.
  • Verificar si la persona efectivamente está disponible para trabajar en el horario que necesitas.
  • Las condiciones económicas.
  • … y cualquier otra cosa que consideres importante.

Es conveniente que anotes todos estos datos en algún sitio. Verás que cuando hayas hablado con unas cuantas personas quizás no recuerdes muy bien los detalles relevantes de cada conversación. 

✅ En [este enlace] puedes encontrar una plantilla para imprimir que te permitirá llevar un control de todas tus llamadas.

La entrevista personal en sí.

Una vez que hayamos pre-seleccionado por teléfono a unas cuantas personas podremos abordar las entrevistas personales. Si es posible, te recomendamos que intentes agrupar las entrevistas en un plazo de 2/3 días, de esta manera concentrarás el esfuerzo en un plazo concreto y conseguirás seleccionar a la persona adecuada rápidamente (si por ejemplo has pre-seleccionado a 6 personas puedes citar a 2 ó 3 cada día en días consecutivos, con lo que el periodo de entrevistas se resolverá en solo 2 ó 3 días).

TRUCO: Si es posible, cita a las personas dentro del horario en el que luego desarrollarían su jornada laboral. De esta forma podrás ver si efectivamente no tienen ningún problema para acudir en ese horario. Si se retrasan en llegar -porque tienen otro trabajo u otras obligaciones- será un indicativo de que quizá no puedan cumplir con el horario que necesitas.

DURANTE LA ENTREVISTA

Al igual que para la entrevista telefónica, para la entrevista personal también deberías tener preparado una especie de guión. En general, en esta entrevista personal deberían diferenciarse dos partes:

  • La parte “formal”
  • La parte práctica

Parte Formal

Esta parte «formal» de la entrevista es básicamente para «romper el hielo» y para repasar aquellos aspectos que ya habéis tratado en la entrevista telefónica, pero con un trato más directo. Esto, además de ayudarnos a detectar posibles contradicciones, nos aportará información extra. Esta es alguna de la información que deberías ampliar:

  • La experiencia previa en el cuidado de personas mayores a domicilio: pide referencias, o si no las tienen, pide el número de teléfono de otras casas en las que la persona haya trabajado antes. Si no pueden entregarte referencias ni números de teléfono deberías desconfiar.
  • Respecto al permiso de trabajo: pide que te entreguen pruebas documentales. Si tiene nacionalidad española el DNI bastará, pero si tiene otra nacionalidad puede que necesite un permiso de trabajo (que puede tener una fecha de caducidad).
  • Verifica la dirección en el DNI o la tarjeta de residencia para ver que efectivamente viven donde dicen.
  • Por supuesto, la fecha de inicio y el horario. Debe quedar muy claro cual será el horario de trabajo, no solo en los días normales, sino también en festivos y fines de semana (si tuviese que trabajar en esas fechas). También debe quedar claro cuales serán los días de vacaciones y cuando se tomarán (en verano, Navidad y Semana Santa). Esto es algo que ya está regulado; normalmente son 30 días naturales de vacaciones al año que deben ser de mutuo acuerdo.
  • También por supuesto, el salario. Como se percibirá, las pagas extraordinarias, si se pagarán horas extra, etc… todo esto también está regulado: recuerda que deberás abonar como mínimo el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que está establecido.
  • Si crees que necesitas una «seguridad extra» también puedes pedir que te entreguen un Certificado de Antecedentes Penales. Al fin y al cabo estamos abriendo nuestra casa a alguien extraño para cuidar a nuestro ser querido, así que toda precaución es razonable (el certificado lo puede solicitar la persona para el que se expide en el Ministerio de Justicia – ver aquí).

Más allá de estos aspectos formales otras preguntas que puedes hacer son:

  • Sus valores. Esto básicamente te servirá para darles la oportunidad de expresarse y contarte algo sobre su vida e inquietudes que pueda ser relevante. Más allá de lo que nos cuenten es importante fijarse también en «como» lo cuenten, prestando atención en su forma de expresarse y de comunicar.
  • Su motivación para realizar el trabajo. Se trata de detectar si efectivamente tiene empatía y aptitudes para trabajar con personas mayores.
  • Si tienen alguna formación relacionada con el trabajo (si es así, pide las acreditaciones para verificar que la información sea correcta).
  • Las cargas familiares. Esto es relevante, porque si tienen muchas responsabilidades familiares o muchos problemas personales quizá no puedan centrarse bien en el trabajo. O al revés: quizá se trate de una persona que necesita mucho el trabajo por su situación personal, de manera que probablemente intentará hacerlo lo mejor posible para mantenerlo.
  • Pregunta también si tendrían disponibilidad para hacer alguna sustitución en un turno diferente para el que estás contratando. Por ejemplo, si la persona va a trabajar en fines de semana sería interesante saber si tendría disponibilidad para hacer algún turno entre semana, o viceversa (esto te ayudará a solventar posibles imprevistos en caso de que alguna de las personas que tengas contratadas no puedan realizar su servicio en alguna ocasión puntual).

CONSEJO: Si es posible es mejor que en la entrevista participe también alguien más de tu confianza: algún otro miembro de la familia o alguna otra persona que pueda estar contigo. Esta es una decisión importante, y como suele decirse “cuatro ojos ven más que dos”.

Parte práctica

En esta parte práctica se trata de verificar “sobre el terreno” que la persona efectivamente tiene las habilidades necesarias. La haremos con el familiar a quién tendrá que cuidar, pero solo si no hemos detectado “nada raro” en la fase anterior (no hay necesidad de hacer pasar a nuestro familiar por esto si ya hemos visto algo que no nos gusta).

Por supuesto, el tipo de «prueba» será diferente en función del estado de la persona mayor que haya que cuidar. Si tu familiar es en gran medida autónomo, esta prueba puede ser algo tan sencillo como tomar un café juntos y charlar un rato, pero observando muy bien como la persona que estamos evaluando interactúa con la persona mayor. Mira si es cariñosa y natural (o quizá si es “excesivamente cariñosa”). Mira también la reacción de tu familiar, para ver si efectivamente podrán encajar bien y que luego no surjan problemas.

Por otra parte, si tu familiar tiene alguna discapacidad física, esta será una buena ocasión para comprobar si efectivamente la persona puede movilizarla con soltura; por ejemplo, puedes pedirle que haga una transferencia de la silla de ruedas a un sillón o viceversa (siempre bajo tu supervisión, claro). La actitud de la persona ante una prueba como esta te dará una idea muy clara sobre si efectivamente tiene la experiencia necesaria.

En resumen, en esta fase se trata sobre todo de obtener una “impresión general” y evaluar lo que solemos denominar “el feeling” que nos transmite la persona. Por supuesto será algo muy subjetivo y personal, ya que esto es algo que solo tú puedes evaluar, pero es algo muy importante.

CONSEJO: Cuando entrevistamos a alguien en nuestro domicilio estamos abriendo la puerta de nuestra casa a alguien extraño. Esto podría llevar algún riesgo, así que mejor tomar algunas precauciones: como hemos dicho antes, intenta estar con otra persona de tu confianza en el domicilio. Es posible que la persona entrevistada también acuda con alguien más de su confianza. Esto es aceptable, pero como medida de seguridad intenta no dejar a esa otra persona sola en ningún momento mientras, por ejemplo, acudís al cuarto de tu familiar para realizar la parte práctica de la entrevista.

Una vez que finalices la entrevista, y a no ser que lo tengas muy muy claro por algún motivo, no comuniques todavía tu decisión. Mejor espera a entrevistar a todas las personas pre-seleccionadas para tener una visión más completa. Una vez hecho esto considera con calma a cada persona y toma una decisión. Efectivamente, puede que te equivoques (nunca tenemos el 100% de seguridad sobre una persona con una llamada de teléfono y una entrevista), pero si sigues los pasos que hemos dado aquí tendrás más posibilidades de éxito.

Finalmente, cuando hayas decidido, llama a la persona que haya sido seleccionada y dale la buena noticia. Llama también a las personas que no han sido seleccionadas. Estarán esperando tu llamada y lo correcto es comunicarles tu decisión, aunque no sea positiva en este caso. Es lo más educado por nuestra parte, pero además, considera también que es mejor hacerlo así aunque solo sea por motivos egoístas: aunque tu decisión haya sido seleccionar a otra persona, puede que en el futuro tengas que recurrir a alguna de estas personas que ahora has descartado, bien porque la persona que hayas elegido finalmente no se adapte al puesto, o porque necesites puntualmente a alguien por algún imprevisto.

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