Hay personas que todavía se extrañan al ver relacionado el tema del ejercicio físico con las personas mayores. Sin embargo, cumplir años no tiene por que llevar aparejado el abandono de la actividad física. Al contrario: todos sabemos de los grandes beneficios que el ejercicio y el deporte tienen para la salud en general, y esto no deja de ser así también en la tercera edad. Además, hacer ejercicio físico también da a las personas mayores la oportunidad de salir de casa y relacionarse con otras personas. Es cierto que no todo el mundo llega a la tercera edad en las mismas condiciones, y por supuesto, habrá que adaptar el tipo y la intensidad de la actividad física a cada caso. Pero hay muchas posibilidades, incluso para las personas que tengan problemas de movilidad. En este artículo te damos algunas ideas.
Introducción
Efectivamente todavía hay personas a quienes les sigue sorprendiendo que se hable de ejercicio físico en el contexto de las personas mayores. Es un error, y para demostrarlo, aquí tienes algunos ejemplos:
✦ Jesús, una persona de 86 años que corre todos los días – ver aquí.
✦ Mundial de veteranos de Atletismo para mayores de 80 años – ver aquí.
✦ Carrera entre dos ancianos 95 años y 94 años – ver aquí.
✦ Gimnasta de 91 años que hace acrobacias como una persona joven – mira aquí.
✦ Joan MacDonald, una señora de 73 años que levanta pesas – ver aquí.
✦ Otra señora de 72 años que hace crossfit en el gimnasio – ver aquí.
✦ Personas mayores bailando (que también es ejercicio físico).
✦ Bernarda Angulo, nadadora con 97 años – ver aquí.
✦ Don Jacinto «El Legendario», un ciclista de 72 años – ver aquí.
✦ Por supuesto, personas mayores jugando al fútbol.
✦ Juan Carlos, una persona que patina a sus 79 años – ver aquí.
✦ Juanjo, un «skater» de 80 años – ver aquí.
✦ Adelaida, una persona de 78 años que hace Yoga todos los días (mira su canal de YouTube aquí).
Está claro que el ejercicio físico y los años no tienen porque ser incompatibles.
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Puede que en tu caso no te plantees batir récords, y tampoco se trata de hacer cosas por encima de nuestras posibilidades. Pero debes considerar que el ejercicio físico en la tercera edad es posible y que puede aportar grandes beneficios para la salud.
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De hecho, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se dice que para los adultos mayores de 65 años se deben aplicar las mismas recomendaciones de actividad física que para el resto de adultos, y además dice que «como parte de su actividad física semanal, los adultos mayores deberían realizar actividades físicas variadas y con diversos componentes, que hagan hincapié en el equilibrio funcional y en un entrenamiento de la fuerza muscular moderado o de mayor intensidad, tres o más días a la semana, para mejorar la capacidad funcional y prevenir las caídas» (ver aquí).
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Pero además, el ejercicio físico no solo ayuda a sentirse mejor físicamente, sino que también ofrece una gran alternativa a las personas mayores para relacionarse con otras personas y prevenir el aislamiento y la soledad.
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Pero ¿Cómo afrontar el ejercicio físico en la tercera edad? Por supuesto, depende de cada caso. Es cierto que, afortunadamente, hay muchas personas que llegan en buen estado físico a la tercera edad y que se pueden plantear seguir haciendo diferentes deportes. Sin embargo hay otras personas que pueden estar más limitadas. En este artículo te ofrecemos algunas ideas para todos los casos.
Zumba
El Zumba se creó a mediados de los 90 por el bailarín y coreógrafo colombiano Alberto Pérez, y sí, como puedes suponer se trata de hacer ejercicio bailando.
Pero no se trata solo de bailar y ya está. Esta disciplina está pensada específicamente para mantener un cuerpo saludable y para desarrollar, fortalecer y dar flexibilidad al cuerpo mediante movimientos de baile combinados con una serie de rutinas aeróbicas.
Se suele realizar con ritmos latinos, tales como el merengue, la bachata, la salsa, el reguetón… aquí puedes ver el desarrollo de una clase.
El Zumba se puede practicar a cualquier edad, aunque para las personas mayores también existe lo que se conoce como Zumba Gold, donde la intensidad de los ejercicios está mejor adaptada a las capacidades y las necesidades de las personas mayores. También está el Aqua Zumba, que se practica en una piscina.
El Zumba permite pasar un rato divertido y relacionarse con otras personas. Aquí puedes ver una clase de Zumba especialmente dirigida a personas con artrosis.
¿Qué necesitas para hacer Zumba? Pues no mucho: ropa cómoda y muchas ganas de moverte y pasártelo bien. Cualquier ropa holgada que te permita libertad de movimientos serán suficientes. Hazte con un chándal, una sudadera, unas zapatillas cómodas… y ya está.
Una de las ventajas del Zumba es que no es muy exigente en cuanto a la forma de hacer los ejercicios, de forma que es el propio practicante el que puede ir regulando la actividad. Cada uno sabe hasta donde puede llegar, hasta donde agacharse, estirar el brazo… es decir, cada uno hace el esfuerzo de acuerdo a su capacidad. Esto es fenomenal para las personas mayores, ya que no todas tienen los mismos recursos y capacidades.
Si te animas con el Zumba verás que no solo tiene beneficios físicos, sino también a nivel psicológico y emocional. Ayuda a liberar del estrés y las preocupaciones. En la parte física también ayuda al sistema cardiovascular, ejercitando el corazón y poniendo en forma los músculos de la cintura, piernas y brazos.
Por supuesto también sirve para el control del peso y mejora la circulación, lo cual también puede ayudar a las personas que padezcan hipertensión o niveles altos de colesterol, entre otras cosas.
También, el proceso de aprender y recordar los pasos de baile ayuda con la concentración y la memoria, lo cual es muy beneficioso para las personas mayores. También es útil para mejorar el equilibrio y la coordinación de movimientos, lo cual también puede contribuir para prevenir caídas. Además, el gasto de energía que supone también ayuda para conciliar el sueño.
Como vemos, son muchos los beneficios, y además es divertido ¿Qué más se puede pedir? 😃
¿Dónde practicar Zumba?
Casi todos los gimnasios organizan clases de Zumba. Pregunta si tienen grupos de tu edad. También se organizan clases en Centros de Mayores, Centros de Día… el Zumba está de moda, así que no te será difícil encontrar dónde practicarlo, incluso de forma gratuita (por ejemplo, a través de servicios municipales) o sin tener que gastar mucho dinero.
También hay clases de Zumba en internet (puedes encontrar muchos vídeos en YouTube – por ejemplo aquí o aquí), pero como siempre, si tienes oportunidad, mejor intenta acudir a clases presenciales para relacionarte con otras personas y hacer amistades.
Ciclismo
En otros países la bicicleta está incorporada como un elemento de la vida cotidiana y muchas personas mayores practican el ciclismo casi sin darse cuenta: usan la bici de forma habitual para dar un paseo, visitar a los amigos, o para hacer pequeñas compras o recados.
En nuestro país las cosas también están cambiando, y cada vez se ven más bicis por las calles. Muchas ciudades están habilitando carriles para bicicletas e incluso ofrecen servicios de alquiler de bicis que se pueden usar para desplazamientos puntuales o para hacer turismo.
Para incorporar la bici en nuestra rutina cotidiana, y de paso hacer deporte, la bici que mejor suele adaptarse es la bici de paseo de toda la vida, es decir, una bici normal con unas bandoleras o una cesta pequeña en el manillar para poder llevar pequeñas compras. Este tipo de bicis ayuda a llevar la espalda recta y permite ver mejor el tráfico que los modelos en los que se va agachado.
Para las personas mayores también hay modelos eléctricos. Además de los pedales tienen un pequeño motor que puede servir de ayuda en las cuestas o para cuando estemos más cansados.
Pero si lo que quieres es planteártelo más como un deporte y consideras que tienes capacidades para ello siempre puedes hacerte con una bici de montaña o con una bici de carretera. No obstante, te recomendamos no hacer este deporte en solitario, sino que intentes ponerte en contacto con algún club ciclista de tu zona. Esto te permitirá relacionarte con otras personas, y además, hará que la práctica de este deporte sea más segura.
También, si llevas mucho tiempo sin montar en bici (o sin hacer deporte en general) no te lances a la piscina sin más. Es mejor que vayas primero al médico para hacerte un examen y verificar que no corres ningún riesgo para ver hasta qué nivel de exigencia puedes llegar (normalmente te harán una prueba de esfuerzo en la que se monitoriza el corazón, la capacidad respiratoria, las pulsaciones…). Es importante hacer deporte, pero también es importante no correr riesgos y hacerlo de forma segura.
También, aunque pases el examen médico sin problemas, recuerda las buenas prácticas cuando montes:
✦ Haz estiramientos antes y después de montar para que los músculos se calienten y se recuperen más fácilmente. Ten en cuenta que la aparición de lesiones y calambres suelen ser un síntoma claro de sobreesfuerzo.
✦ Rueda a una velocidad moderada con un ritmo suave.
✦ Planifica tus rutinas. Como orientación, para las personas mayores se recomienda salir 2 ó 3 veces por semana en sesiones de unos 20 minutos, aunque obviamente esto es muy subjetivo, y dependerá mucho de tu capacidad y objetivos.
No sé montar en bici
No pasa nada. Hay modelos de tres ruedas que permiten disfrutar de la bici y hacer ejercicio a todo el mundo. Además suelen tener una gran cesta para llevar cosas.
Pero nunca es tarde. De hecho en algunas ciudades hay iniciativas en este sentido, es decir, asociaciones o clubes ciclistas en los que tienen programas para enseñar a pedalear a las personas mayores. Te invitamos a echar un ojo a este artículo dónde podrás encontrar información más específica al respecto.
Yoga
El yoga es una actividad que realizan muchas personas en todo el mundo. Como sabemos se trata de una práctica milenaria que se inició en la India y que utiliza posturas y ejercicios de respiración y meditación orientados a mejorar la salud.
Aunque el yoga es una practica que se puede realizar a cualquier edad, existe una práctica que está especialmente orientada a las personas mayores, en la que simplemente se adaptan algunos de los ejercicios a la condición física en que se encuentren las personas.
Una de las ventajas del yoga es que no necesitas una equipación complicada. Lo básico es una buena colchoneta o esterilla. Se usa básicamente para estar más cómodos y para no hacerse daño en la espalda cuando se realizan ciertos ejercicios; también, para aislarnos del suelo cuando está frío.
Además de la esterilla lo único que realmente necesitarás es una ropa que sea cómoda. Un pantalón ancho, unas mallas y una camiseta son más que suficiente. El factor más importante debe ser la comodidad y la capacidad de adaptación para que no nos molesten cuando realicemos ciertas posturas. El yoga suele practicarse con los pies descalzos, pero también puedes usar unos calcetines antideslizantes en invierno si el suelo está frío.
Además de la ropa y la esterilla también suelen utilizarse otros accesorios que, aunque no son imprescindibles, pueden facilitar la práctica de algunos ejercicios. Los accesorios más utilizados son las correas y los bloques. Las correas de yoga hacen más sencillo realizar algunas posturas y estiramientos. Los bloques de yoga son pequeños «ladrillos» fabricados en madera, corcho o espuma que también facilitan ciertas posiciones.
Dado que los ejercicios deben estar adaptados a las condiciones físicas de cada persona, te recomendamos asistir a clases presenciales en las que puedan evaluar tu estado y orientarte sobre los mejores ejercicios a realizar en tu caso. Para las personas mayores lo ideal es tomar clases grupales para que no caigas en malas posturas; además esto también te permitirá socializar con otras personas.
Hay muchos gimnasios y centros de mayores en los que suelen impartir clases de yoga especiales para personas mayores. Te recomendamos informarte en tu entorno. No obstante, si no encuentras nada también existe la posibilidad de contratar clases particulares (ver aquí) o mirar algún tutorial en internet (en YouTube puedes encontrar muchos vídeos – por ejemplo aquí o aquí).
Yoga en silla
Si tienes problemas de movilidad una buena alternativa para practicar el Yoga puede ser el denominado «Yoga en Silla«. Como su propio nombre indica consiste en practicar el yoga sentados en una silla. Como decimos está orientado a personas con movilidad reducida, o para personas que les cueste hacer los ejercicios directamente en el suelo (la práctica normal del yoga requiere agacharse y volverse a levantar del suelo para realizar muchos de los ejercicios).
Para practicar esta modalidad no se necesita prácticamente nada, más allá de una silla (por supuesto que sea estable y con respaldo; mejor evitar las sillas plegables y los taburetes), y opcionalmente, un par de bloques de los que comentábamos antes para apoyar los pies. No obstante, a falta de bloques, siempre puedes usar cualquier soporte que te permita levantar un poco los pies para adoptar la postura correcta (unos libros, un cojín duro…).
En YouTube puedes encontrar muchos vídeos de esta disciplina que te pueden ayudar para iniciarte; por ejemplo aquí, aquí y aquí.
Caminar
Caminar es también una buena forma de hacer ejercicio para las personas mayores, y además suele ser fácilmente accesible para todos. Si la persona no está habituada al deporte esta puede ser una buena forma de empezar.
Además, si se hace de forma habitual, también es un ejercicio completo que aporta grandes beneficios para la salud. Por otra parte, al realizarse fuera de casa, también brinda oportunidades para relacionarse con otras personas, lo cual ayuda a evitar la soledad en las personas mayores. Puedes salir con personas que ya conozcas. También hay webs que te permiten contactar con otras personas a las que también les guste caminar para organizar salidas en grupo (por ejemplo aquí).
Con una rutina diaria de al menos media hora un ejercicio tan sencillo como caminar puede ayudar a nivel físico, mental y emocional. En general solo se necesita calzado cómodo y la ropa adecuada para la estación.
Si no se sale en compañía es conveniente decir a los familiares por dónde se va a caminar (la ruta que se va a recorrer), y también llevar un móvil por si es necesario contactar con alguien por algún motivo. También es conveniente llevar agua para hidratarse (sobre todo en verano) y algo para comer (una barrita energética, algún caramelo o frutos secos).
Es importante elegir una buena zona para los paseos; si es posible en parques en los que haya niños u otras personas con las que entablar relación. Si la meteorología lo permite se recomienda hacer paseos diarios, aunque sea un rato, y como es lógico, procurando evitar los momentos más calurosos del día en verano y los más fríos en invierno.
Puede haber personas mayores que necesiten una ayuda extra en sus paseos. Si se tiene buen nivel de movilidad un bastón puede ser suficiente. Hoy en día hay bastones plegables con bonitos diseños que se guardan muy fácilmente y que no son muy caros.
Para las personas que requieran un poco más de ayuda se puede recurrir a un andador de esos que tienen asiento para descansar durante los paseos.
Senderismo
Si tu condición física te lo permite quizá puedes llevar lo de caminar un paso más allá (y nunca mejor dicho 😃). Por supuesto nos referimos a la posibilidad de practicar el senderismo (o «trekking» como también se lo conoce).
El senderismo hace que la actividad de caminar sea incluso más placentera, ya que podemos hacerlo al aire libre, respirando aire puro y disfrutando de bonitos paisajes. En la naturaleza hay senderos aptos para todas las edades, por lo que siempre podremos encontrar recorridos adaptados a las personas mayores.
Además el senderismo es un deporte muy accesible. Para practicarlo no hace falta una gran preparación física, ni tampoco un equipamiento muy especializado.
Aunque puede practicarse en solitario siempre será mejor hacerlo en compañía. Será más entretenido y podrás entablar nuevas amistades. Puedes organizarte con otras personas que conozcas, aunque también hay instituciones (Ayuntamientos, Comunidades Autónomas, Asociaciones…) que organizan salidas de forma regular. En el sitio web senderisme.com puedes encontrar un directorio de asociaciones de senderismo en toda España. También ,en la página web sportpartner.com puedes ponerte en contacto con otras personas para hacer caminatas.
Respecto al equipamiento:
✦ Obviamente lo más importante es llevar un buen calzado. Como probablemente no iremos por recorridos difíciles, para las personas mayores lo más recomendable es un calzado ligero y flexible, que permita el movimiento natural del pie.
✦ Siempre será útil llevar una mochila para llevar algo de comida y una cantimplora con agua. No son muy caras. Es recomendable poner también una navaja multiusos y un pequeño botiquín con tiritas, vendas… También el móvil, por si tenemos que orientarnos o contactar con alguien.
✦ Ropa adaptada al tiempo. Incluye gafas de son y gorra en verano, y gorro, braga para el cuello, guantes y una buena prenda de abrigo en invierno.
✦ Finalmente también es recomendable utilizar unos bastones de senderismo para prevenir caídas y ayudarnos a caminar. Los hay plegables, que se pueden guardar fácilmente en la mochila.
Marcha nórdica
La Marcha Nórdica es otra forma de hacer ejercicio caminando. Es una técnica especial en la que el uso de bastones no es opcional (como comentábamos para el senderismo), sino que forma parte de la práctica en sí.
Aunque ahora está de moda, en realidad no es algo nuevo, ya que esto de la Marcha Nórdica es un tipo de ejercicio que se originó en Finlandia en los años 30 del siglo pasado como una forma de entrenamiento de verano para esquiadores de fondo profesionales. Consiste en usar unos bastones similares a los del esquí para ayudar a impulsar el cuerpo al caminar (puede parecer raro, pero viene a ser algo así como «esquí de fondo sin nieve»).
De esta forma, además de ayudarnos a avanzar, los bastones también contribuyen a mover los músculos superiores del cuerpo. Para que te hagas una idea, puedes ver un vídeo introductorio de la técnica aquí, y un grupo de Marcha Nórdica de mayores aquí.
La Marcha Nórdica se puede practicar en cualquier lugar el aire libre (en el campo, la playa o en algún parque en la ciudad). El nivel de intensidad puede variar: desde paseos suaves para personas con movilidad más limitada hasta caminatas más enérgicas para gente en buena forma.
Al igual que el senderismo y la actividad de caminar en general, la Marcha Nórdica tiene grandes beneficios para la salud: puede contribuir a mejorar la circulación, fortalecer los músculos y los huesos y ayudar a mejorar el sentido de equilibrio (lo cual es muy importante en personas mayores para prevenir caídas). También puede contribuir a prevenir enfermedades cardiovasculares, y como cualquier ejercicio físico, ayudar como complemento a cualquier programa de pérdida de peso.
No solo es caminar con bastones
Puede parecer que esto de la Marcha Nórdica es caminar con bastones y ya está. Sin embargo, no es así, ya que la cosa tiene cierta técnica.
De entrada no vale cualquier bastón. Los bastones son diferentes a los del senderismo por la forma en la que se utiliza el mango y por los materiales y la forma de la punta. Además hay diferentes movimientos dentro de la disciplina (dependiendo por ejemplo de la relación entre el número de pasos y las veces que se apoya el bastón). Como siempre te recomendamos entrar en contacto con un grupo de Marcha Nórdica en tu zona para aprender la técnica y practicarla con otras personas.
Ejercicio en casa
Hay personas mayores que pueden estar limitadas en sus movimientos y no les resulte posible salir de casa. O simplemente puede hacer mal tiempo y no apetece salir. No obstante, esto no es excusa para renunciar a hacer ejercicio físico. Como sabemos, el ejercicio puede aportar grandes beneficios para la salud, y hoy en día la técnica ofrece diferentes posibilidades para poder hacer ejercicio incluso en nuestra propia casa. Aquí tienes algunas opciones:
✦ Utilizar un pedaleador (o «pedalina» como también se las conoce). Están indicados para personas con poca movilidad, y les permite ejercitar las piernas y los brazos mientras están sentados en el sofá o en una silla. Efectivamente, hay pedaleadores solo para pies, pero también otros para pies y brazos.
✦ Usar una bici estática. Todos las conocemos. Las hay con múltiples funciones y con precios muy variados, pero para las personas mayores quizá lo más importante es que puedan sentarse fácilmente y que permitan mantener una postura correcta (con la espalda recta) mientras las utilizan. También es interesante que tengan la función de «remo», para que puedan ejercitar los brazos también.
✦ Usar una cinta para andar también puede ser un buen recurso. Para las personas mayores es recomendable que sea eléctrica (algunas no lo son) para que les ayude a realizar el movimiento. También que sea plegable, para que no ocupe mucho cuando no se utiliza.
✦ Si la persona tiene movilidad reducida también se pueden dar paseos en el interior de la casa utilizando un andador de interior. En lugar de ruedas los andadores de interior tienen 4 tacos (o dos ruedas y dos tacos) para evitar desplazamientos indeseados. Fíjate bien en las medidas para que entre bien por todas las puertas.
✦ Para las personas con la movilidad muy reducida también se pueden utilizar ejercitadores de piernas eléctricos. Son unos dispositivos en los que la persona pone los pies sobre unos soportes que se mueven automáticamente y que permiten hacer ejercicio sin esfuerzo. No obstante también ayudan a mejorar la circulación y a prevenir los efectos de una vida demasiado sedentaria.
Natación
La natación es una de las actividades físicas más recomendadas para las personas mayores debido a los efectos positivos que tiene para la salud.
Cuando entramos en el agua el peso del cuerpo es contrarrestado por la fuerza de flotación, de forma que los huesos, las articulaciones y los músculos se liberan de la presión a la que están sometidos normalmente. Solamente esto ya provoca varios beneficios. Por ejemplo, se alivia el dolor y la inflamación en las articulaciones y se favorece su movimiento; también se favorece la circulación sanguínea, baja la frecuencia cardiaca y se reduce el esfuerzo exigido al corazón.
Pero más allá de los beneficios físicos, la natación también es un buen recurso para relacionarse con otras personas, relajarse y combatir el estrés.
Si tienes una piscina cerca de casa infórmate sobre las clases de natación. Probablemente también tendrán grupos especiales para personas mayores. Intenta acudir al menos dos veces por semana y, como mínimo, 30 minutos cada vez. Como en otros deportes, intenta hacer de esto también una actividad social practicándolo en grupo. Te lo pasarás mejor y te podrán ayudar si lo necesitas.
El equipamiento es sencillo. Por supuesto el bañador, un gorro para la cabeza y la toalla. También unas zapatillas para los accesos y las duchas (que sean impermeables para prevenir las caídas). También puedes usar estos calcetines que venden ahora especiales para el agua. Otro complemento importante son las gafas para la piscina y las pinzas para la nariz (no son complementos muy caros y merecen la pena).
No te preocupes si no sabes nadar bien (o incluso si no sabes nadar en absoluto). En las piscinas suelen tener programas adaptados a todos los niveles, desde principiante a avanzado. La natación es un deporte que no excluye a nadie, y nunca es tarde para aprender a nadar.
Aquafitness
Además de nadar, en la piscina también se pueden hacer otras actividades para mantener la buena forma física. Una de ellas es el «Aquafitness» (o «aquagim», como también se lo conoce).
El Aquafitness es como una variante del «aerobic», pero dentro del agua. Gracias a la resistencia del agua se intensifican los beneficios de los ejercicios de fitness que se suelen hacer en las salas de los gimnasios. También se hace con música, lo cual lo hace muy divertido de practicar (aquí puedes ver como se desarrolla una clase 😃).
La gran ventaja es que al hacer los movimientos dentro del agua no hay riesgo de caídas, por lo que es ideal para las personas mayores.
Fútbol
Normalmente asociamos el fútbol como un deporte de alta intensidad que requiere grandes capacidades físicas. Sin embargo se puede seguir jugando al futbol en edades avanzadas.
En Chile, por ejemplo, tienen organizada una liga para mayores de 65 años con antiguos jugadores profesionales de fútbol (ver aquí). Las reglas de juego son básicamente las mismas que para el fútbol normal. Solo se diferencia en que son 9 jugadores por equipo y que el campo es algo más pequeño.
Pero jugar al fútbol a una edad avanzada no solo es para quienes fueron profesionales. También es posible y beneficioso para personas sin preparación física especial y con escasa experiencia futbolística. En este sentido siempre suele citarse un relevante estudio de la Universidad de Copenhague en el que se vieron notables mejoras de salud en un grupo de voluntarios de entre 63 y 75 años que jugaron fútbol durante una hora dos veces por semana por un periodo de 4 meses (ver aquí).
Y es que el fútbol, más allá de un deporte, es también una gran pasión para muchas personas. Entonces ¿por qué dejar de jugar al fútbol en la tercera edad?
Si sigues teniendo pasión por el fútbol y te gustaría seguir practicándolo haz lo mismo que hacías cuando eras más joven: intenta contactar con otras personas de tu misma edad e intentar organizaros para jugar de vez en cuando. No obstante, recuerda que el fútbol requiere cierto esfuerzo. Te recomendamos una visita al médico antes de comenzar esta actividad para verificar que todo está bien y que no se está corriendo ningún riesgo.
También es importante que las prácticas se dosifiquen razonablemente, sin someterse a esfuerzos más allá de nuestras posibilidades, y que se realicen entre personas de edades parecidas y con una capacidad física similar.
Fútbol caminado
Una modalidad específica de fútbol para mayores es lo que se conoce como «fútbol caminado». Como su nombre indica es un tipo de fútbol en el que se camina en lugar de correr.
El fútbol caminado ofrece a las personas mayores la oportunidad de reencontrarse con el deporte al que han estado vinculados desde niños. Puede practicarse en exterior y también en interiores. Esta variedad de fútbol es muy popular en Reino Unido, pero también está ganando popularidad en otros países (ver aquí).
y más…
Por supuesto, además de estos deportes que hemos mencionado aquí existen otras muchas posibilidades: tenis, pádel, taichí, pilates, golf, gimnasia, ping-pong… y mucho más. Como venimos diciendo, cumplir años no es excusa para no hacer deporte. Tal y como hemos visto, incluso en situaciones en que la persona tenga poca movilidad existen alternativas.
Y tal y como hemos venido insistiendo a lo largo del artículo, mejor intenta hacer ejercicio con otras personas. Será más entretenido y se creará un vínculo social, que además os ayudará a seguir practicando el ejercicio.
Si no sabes por dónde empezar, acude a tu ayuntamiento y pregunta a los servicios sociales; seguro que te ayudarán. También puedes acudir a gimnasios, polideportivos, piscinas… que tengas cerca de casa. En muchos casos tienen programas específicos y descuentos para personas mayores. ¡Ánimo y a moverse! 😃
Por supuesto, con seguridad.
Tal y como hemos visto, el ejercicio físico puede aportar grandes beneficios a las personas mayores. Sin embargo, no debemos obviar que en estas edades también puede haber ciertas circunstancias físicas que en edades más tempranas normalmente no se dan (por ejemplo, riesgos cardiovasculares latentes, osteoporosis o deterioro del aparato locomotor, entre otros). Esto hace que, en determinados casos, practicar deporte pueda llevar asociado mayores riesgos que en las personas jóvenes.
Es por ello que, para evitar posibles problemas, siempre es recomendable que se haga una revisión médica previa a la realización del ejercicio físico, y desde aquí te lo recomendamos. Por supuesto, esta valoración deberá hacerse por personal médico cualificado, que valorará la historia clínica de la persona y realizará los exámenes físicos que resulten necesarios. Además, es conveniente que se repitan los exámenes médicos con cierta frecuencia una vez que ya se esté practicando el ejercicio. De esta forma también se podrá ir adaptando la intensidad o el tipo de ejercicio físico a la evolución que vaya teniendo la persona.
Con esto finalizamos el artículo. Esperamos que te haya resultado útil y que sirva para animarte a empezar a hacer ejercicio (o para continuar haciéndolo). Muchas gracias por leernos. No dudes en dejarnos tus comentarios!
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